JMV MÉXICO | EXPERIENCIA EN EL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE JÓVENES VICENCIANOS Y EN LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2023
MI EXPERIENCIA EN LA JMJ LISBOA 2023
En la vida uno atraviesa momentos difíciles que te orillan a tomar decisiones, las cuales te van a sumergir en lo profundo de un mar misterioso, pero, te avientas con la seguridad de que al salir ya nada será como antes. Mi nombre es María Isabel Espinosa López y estás a punto de leer una verdadera historia de amor.
La primera vez que yo asistí a una JMJ tenía 21 años, fue en Panamá 2019, yo no sabía absolutamente nada de lo que conllevaba una peregrinación a este nivel, soy de una pequeña ciudad llamada Cuitlahúac al centro del estado de Veracruz, en México, antes no había salido al extranjero, ni mucho menos viajado sola, sin embargo, tomé la decisión por aventada, porque si algo me caracteriza es que las cosas las hago con todo, aunque me muera de miedo, sino pa’ que?. En resumen, les digo que me devolvieron enamorada, gritando al mundo de mi amor por Jesús, con esa seguridad de que estaba en el lugar indicado, que no necesitaba más, que Jesús era y es dónde quiero estar, convencida de lo que soy para Jesús y de no esconderlo nunca más y así fue. Volví para enfrentarme a todo el mundo y desde entonces jamás he vuelto a tener miedo de decir, soy su seguidora.
En esta ocasión, para Lisboa 2023, mi contexto era otro, la llama de mi amor estaba desgastada, atravesé una pandemia que me puso de cabeza, perdí un ser querido y caí en un agujero sin salida, me refugié en mi pareja y mi relación se tornó tóxica. Me sentía abandonada, le rogaba a Dios, pero no encontraba cómo salir, entre mil dificultades económicas y emocionales la JMJ no era una opción para mí, pero un día me levanté de mi cama y fui al banco para hacer el pago de la inscripción, me entregué a la providencia de Dios y le dije: pondré todo de mi parte, que se haga tu voluntad. ¡Lo logramos! para el 22 de julio yo me encontraba pisando tierras españolas, increíble como cierto, podría hacer un tiktok de: momentos de mi viaje que alteraron mi brain chemistry, pero me las guardo en el corazón.
Después de todo ir a la JMJ no es ir de vacaciones como muchas personas creen, es una misión en donde vas a entregar por completo todo lo que eres, lo que tienes y de sobra vas a recibir el amor de Dios y su misericordia, porque ser peregrino implica ser misericordioso, compadecerte de los sufrimientos propios y de los ajenos, donde te aseguro las dichas vendrán multiplicadas. Vives una semana llena de personas nuevas, lugares desconocidos, comida atípica, culturas diferentes, experiencias que te recargan la vida por completo; donde la convivencia con cada amigo te deja un poquito de su entusiasmo y eso es vivificante, sin duda vale la pena cada esfuerzo realizado para participar en una JMJ.
Al regresar de esta experiencia me di cuenta que Dios nunca me ha dejado sola, que mi vida está llena de esperanza, que su camino siempre me llevará a la luz y de su mano podré superar todas las adversidades por muy difíciles que se presenten. Mi primera experiencia JMJ me hizo soltar el miedo de decirle al mundo que sigo a Dios y lo amo por sobre todas las cosas y la segunda, afianzó mi vida en la Iglesia Católica. Hoy soy una mujer firme en mi fe, sólida y estable, llena de retos y metas por cumplir dentro de ella, valiéndome de mi experiencia, apostando por los jóvenes y procurando sembrar semillas que sean el fruto de un futuro grandioso para JMV y los demás jóvenes de esta Iglesia.
Como lo dijo nuestro buen amigo el Papa Francisco: ¡la Iglesia nos necesita! y mi pregunta es: ¿Qué estamos dispuestos a hacer por ella? joven, entrégate a Dios, la recompensa será eterna.
María Isabel Espinosa López
JMV México
