Renovando la Misión, Inspirando el Futuro.

Entrevista con el Padre Kiko

A medida que Juventud Mariana Vicenciana (JMV) crece en todo el mundo, el llamado a la renovación y a la inspiración se vuelve más esencial que nunca. En este tiempo de transición y esperanza, nos volvemos hacia la sabiduría del Padre Kiko para iluminar nuestro camino. Con décadas de experiencia y un profundo compromiso con la misión, el Padre Kiko nos comparte su reflexión sobre el camino recorrido, las necesidades actuales de la Asociación y la visión del futuro.

Una mirada a nuestro camino

Al hacer memoria de la misión mundial de JMV, el Padre Kiko destaca un fuerte testimonio de la acción del Espíritu en la perseverancia de la Asociación:

“Los esfuerzos constantes y llenos de esperanza por extender e implantar la Asociación en todas las regiones del mundo, a pesar de la sombría realidad de la disminución de miembros, e incluso de la desaparición de algunos grupos en ciertos países.”

Incluso en las regiones en declive, la misión persiste. Él cree que el éxito no se mide por cifras, sino por la fidelidad al anuncio del Evangelio, firmemente arraigado en la esperanza a pesar de los obstáculos.

Cuando se le pregunta si siente al Espíritu actuar en la misión, responde sin dudar:

“Francamente, cada día. Sí, cada día.”

Ve la mano de Dios en los esfuerzos cotidianos, incluso los más pequeños, de los responsables, jóvenes y voluntarios: “A pesar de los límites y desafíos, percibo continuamente la acción del Espíritu que nos da la fuerza para ser y actuar.”

Comprender la Renovación

El Padre Kiko atribuye un sentido profundo, personal y espiritual a la expresión “renovar la misión”:

“Significa estar constantemente en sintonía con la voluntad de Dios.”

Enraíza esta renovación en los orígenes mismos de la Asociación:

“La misión de JMV proviene sin duda de Dios. La Virgen María transmitió este mensaje a Santa Catalina Labouré en 1830.” Permanecer fieles a ese origen, adaptándose al presente, requiere más que estrategias o programas. Insiste en el corazón espiritual:

“Más que el coraje, la fuerza, la perseverancia y el deseo de expandir JMV en el mundo, es una vida de oración sólida y constante, unida a la espiritualidad vicenciana, la que nos permite permanecer fieles al espíritu fundador de la misión.”

Inspirar a las generaciones futuras

Mirando hacia el futuro, el Padre Kiko propone una visión clara del compromiso con las nuevas generaciones. En el centro de su propuesta: la relación.

“Un verdadero encuentro y amistad con los jóvenes de hoy. Un camino sinodal con ellos. Ese es el acompañamiento en su forma más pura.”

Reconoce la importancia de una presencia personal y auténtica, que los medios digitales no pueden reemplazar:

“Es una relación a nivel personal, no virtual. Una amistad que lleva al discipulado, a la evangelización y a la misión.”

No pretende predecir el futuro, pero ofrece una esperanza enraizada en la fidelidad:

“Veo que la misión depende del enraizamiento y la fidelidad de todos los responsables de JMV desde el ámbito local hasta el nacional e internacional en el espíritu de Jesús y de San Vicente de Paúl.”

Desafíos y oportunidades

Toda misión enfrenta obstáculos. El Padre Kiko identifica uno de los desafíos más urgentes hoy:

“La falta o ausencia de amistades verdaderas y de un acompañamiento que lleve a un encuentro profundo con Jesucristo.”

Lejos de desanimarse, ve en esta carencia una oportunidad de crecimiento:

“Guiados por la intercesión e inspiración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, una amistad profunda con Jesús es el origen de toda relación y de toda misión que da vida en el seno de la Familia JMV en el mundo.”

Camino personal y consejos

Hablando de su propia experiencia como sacerdote y misionero, el Padre Kiko comparte cómo ha renovado su vocación en los últimos años:

“La renovación constante de mi vocación se da cuando encuentros con personas espirituales de la familia JMV reavivan en mí el ardiente deseo de caminar con los jóvenes hacia Dios.”

A los jóvenes que están en discernimiento, les ofrece este consejo equilibrado:

“Dedica un tiempo valioso no solo a las actividades y al servicio a los pobres, sino también a la oración regular.”

Para él, esta doble dinámica acción y contemplación es esencial para profundizar la vocación y la misión.

En conclusión

Cuando se le pide resumir este nuevo capítulo de la misión de JMV en una sola frase, el Padre Kiko expresa con emoción: “¡Del corazón de Dios y de la Virgen María a los corazones de todos los jóvenes!” Su visión del futuro se sustenta en la estrategia y la oración. Comparte una oración que lo acompaña en su ministerio con los jóvenes:

“Señor, haz mi corazón semejante al tuyo, para que pueda realmente tocar los corazones de los jóvenes y ayudarlos a seguir el llamado que tú les haces. Amén.”

Ahora, el llamado es para nosotros, miembros de una misma familia internacional, unidos más allá de las lenguas, los continentes y las culturas. Con los ojos puestos en Cristo y el corazón abierto al Espíritu, renovemos nuestro compromiso con la misión que nos fue confiada hace casi dos siglos. Caminemos juntos: enraizados en la oración, inspirados por el amor, siempre listos para responder al llamado del corazón de Dios hacia el corazón de cada joven.

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