LOS BENEFICIOS DE LA CARIDAD

Andrés Motto, CM

Creo que una manera muy eficaz de celebrar la fiesta de san Vicente de Paul es reflexionando sobre su pensamiento. En el corazón de san Vicente habita la caridad. Él como buen maestro nos va a alentar en la práctica de la caridad. Así que en este artículo los quiero mostrar lo beneficioso que es practicar la caridad. Así que vayamos a ello:

La eficacia de la caridad es tan poderosa que “un grano de caridad basta para calmar muchas inquietudes y suavizar numerosos desacuerdos”. En esta vida, la caridad permite perseverar en todas las obras buenas. También ayuda a perseverar en la vida comunitaria; ya que un medio para continuar en la vocación es “vivir juntos con mucha caridad y cordialidad”. De este modo, San Vicente postula a la caridad como el primer medio para perseverar en la propia vocación. Es decir, la vocación se arraiga cuando se hace todo por caridad. Podemos decir que toda vocación cristiana debe ser vivida desde la caridad. 

La moral busca que las personas lleguen a ser felices. Esta es la búsqueda más universal, ya que todos quieren ser felices. Ésta se logra al vivir plenamente la virtud de la caridad. Amor que debe comenzar a ser vivido con los que nos rodean, para ir ampliándolo cada vez más. Vivencia que se plenifica en el cielo, es más, podemos decir que la caridad nos anticipa la alegría del cielo:

“La caridad es… el cielo de las comunidades. La casa de San Lázaro será un cielo, si hay caridad; el cielo no es más que amor, unión y caridad; la felicidad principal de la vida eterna consiste en amar; en el cielo los bienaventurados están continuamente entregados al amor beatífico; finalmente, no hay nada tan deseable como vivir con los que uno ama y se siente amado.”

Acerca de los beneficios de la caridad son llamativas las palabras de San Vicente que dice “la caridad convierte la necesidad en virtud”. Con esta frase señala que cuando el cristiano acepta por amor la voluntad de Dios en las situaciones aflictivas y dolorosas, está haciendo de una situación simplemente privativa, una experiencia de Dios. El amor hace fecundo el dolor. La caridad permite que una situación meramente dolorosa se convierta en oportunidad de práctica virtuosa, y por consiguiente, de mérito. La ética vicenciana postula la acción. Pero no cualquier movimiento, sino el que transforma el mundo para bien: la caridad. Ella da la fecundidad pastoral; es la virtud necesaria al espíritu apostólico. La caridad transforma desde la amabilidad. Ya que la gente escucha con la inteligencia, pero también desde el afecto, y a los que les resultan amables. Por tanto, la manera de ser amables es siendo caritativos y humildes.  Por estas razones aconseja que al predicar “se necesita mucha circunspección para no herir a nadie, y mucha caridad y humildad con el auditorio para dejarlo edificado”. 

Otra ventaja de la caridad es que un poco de ella moviliza más a las personas que toneladas de aspereza y dureza. Por el contrario, “la amargura no sirve más que para amargar más las cosas”.  Además, la caridad es una virtud que al practicarla lleva a la persona a enriquecerse con el ejercicio de las demás virtudes. Especialmente quien practica la caridad con el pobre, crecerá en la práctica de las demás virtudes cristianas. En definitiva, el mayor beneficio de ejercer la caridad es vivir en amistad con Dios y los hombres, ya que el premio de la caridad es la caridad misma. 

Mis queridos amigos y amigas, deseo que esta breve lectura vicentina nos haga más caritativos y normales. Ya que la caridad todo lo puede…

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